Seguro que las semillas de Lino, chía, sésamo, amapola … y su extensa variedad, ya forman parte de vuestra alimentación diaria igual que de la mía. Y es que cada vez son más conocidas y reconocidas sus magníficas propiedades, antioxidantes, antiinflamatorios, omega 3, fibra, proteínas, entre otras.
Pero en alguna de ellas como son las semillas lino (las de la foto) o las semillas de chía, que debido a su diminuto tamaño son difíciles de masticar y su cáscara exterior además ejerce de protección, por lo que al ingerirlas saldrán igual que han entrado, es decir con todas sus propiedades intactas.
Y para su completa asimilación hay dos maneras que son :
1 – GELIFICARLAS : Sumergirlas en agua con un poco de sal durante unas 3 – 4 horas (incluso toda la noche) remover un poco y tomarlas.
2 – MOLIDAS : Colocarlas en un vaso alto y con un molinillo o incluso con el minipimer mismo va perfecto, molerlas y pasados unos minutos las colocamos en un tarro de vidrio con tapa y bien cerrado. Estarán listas para tomar con nuestra bebida vegetal preferida, zumo, un yogur o esparcidas sobre una ensalada.
TIP : Las puedes guardar en un sitio oscuro o en el frigorífico hasta 12 meses e incluso congelarlas.